Íbero 1890 – El amontillado viejísimo de 1.890 es un vino afamado, codiciado, de producción limitada y suprema calidad y excelencia, producido por las Bodegas Torres Burgos en Moriles (Córdoba). Es fruto de un fascinante proceso de elaboración envejecimiento y está comercializado por Rincón ibero en una serie limitada y numerada en un estuche con botellero de presentación exquisita y exclusiva.
SERIE LIMITADA
ÍBERO 1890
AMONTILLADO VIEJÍSIMO – BODEGAS TORRES BURGOS
750 ML
Vino de color ámbar, aroma muy punzante y avellanado, complejo con sensaciones de buena madera, con recuerdo de una larga crianza biológica.A la boca es sumamente atractivo, amplio y potente con una muy persistente, acusada y elegante vía retronasal.
Cuando los vinos finos tras una larga crianza biológica pierden el velo de flor de su superficie, comienza una oxidación que los transforma profundamente. El color pálido se convierte dorado y los aromas resultantes durante la larga crianza se oxidan y se combinan entre sí dando lugar a un vino extraordinariamente complejo, agradable e inimitable. Para beberlo en ocasiones especiales solo con algún fruto seco, pero siempre prestándole mucha atención para conseguir disfrutando intensamente.
Una historia de 100 años en Moriles, Córdoba
En el año 1.869 D. Juan de Mata Burgos, bisabuelo de la actual generación de la familia Torres que dirige y gestiona actualmente la empresa “Herederos de Torres Burgos, S.L.”, recibió cuatro viñedos con sus correspondientes casas-cortijo, cada una de ellas con una extensión cultivable de aproximadamente 11 hectáreas en la zona de Moriles (Córdoba, Andalucía) zona en la que la variedad de uva Pedro Ximenez produce de un modo natural una transformación de azúcar en alcohol etílico igual e incluso superior a los 15 grados.
Un amontillado viéjisimo
La familia Torres Burgos construye la primera nave industrial de botas de crianza de vinos en Lucena y es en esta transición donde se descubre la existencia de este especial y único tipo de vino, “amontillado viejísimo”. En consecuencia de la distinta ubicación de los Lagares, el Lagar de San José deja de ser lo suficientemente atendido en los procedimientos de elaboración y cuidado de los vinos finos con lo que nos encontramos con el magno e inesperado suceso-fenómeno de que un vino fino (elaborado y desarrollado bajo la técnica natural de la crianza biológica, consistente en la transformación y desarrollo natural de la levadura del mosto de la uva denominada “flor”, en vino) pasa a ser, de un modo totalmente natural y accidental, un vino amontillado viejísimo (crianza oxidativa; consistente en la perdida progresiva de la levadura, y he aquí el prodigioso fenómeno, se potencia la adquisición natural del grado de alcohol etílico, y en consecuencia adquiere unos matices y características, que como ya apuntábamos anteriormente, lo convierten en un vino único e inigualable) cuyo origen se cifra en 1.890.
El proceso de envejecimiento
Íbero-1890, es un vino amontillado muy viejo. Su nacimiento se ubica en una fecha próxima al año 1890. La pregunta que puede surgir de inmediato, como un vino que tiene más de 100 años, puede llegar hasta nuestros días. La respuesta se encuentra en el tipo de vino que es y el envejecimiento de este. Un proceso en el cual entran a formar parte de manera muy importante tanto las “criaderas”, como las “soleras”. Tanto unas como otras, son botas (barriles), de Roble Americano, perfectas para este proceso del envejecimiento del vino.
En el caso de las bodegas Torres-Burgos, éstas están formadas por una línea de soleras a ras del suelo, (de ahí el nombre de solera), y tres líneas de criaderas, superpuestas una encima de las otras sobre la solera. El vino para consumir, se saca únicamente de la solera, donde el vino es muy viejo. La merma de vino que tiene la bota por este proceso, así como el consumido por la propia bota, es repuesto desde la primera criadera. La merma de esta primera criadera es repuesta por la segunda criadera, y a su vez esta segunda criadera es repuesta por la tercera criadera. La tercera criadera es llenada y repuesta con un gran vino viejo, un gran vino que ya ha dejado de ser fino y empieza ha amontillarse.
Un vino de producción limitada y suprema calidad
Gracias a la continua reinversión, investigación y conocimiento de los distintos capataces -encargados de la Bodega , todos ellos pertenecientes a la misma familia e integrados plenamente en la empresa y con sus titulares formando un auténtico equipo familiar-empresarial, podríamos decir que el amontillado viejísimo de 1.890 es un vino afamado, codiciado, de producción limitada y suprema calidad y excelencia. Allá por donde pasa no deja indiferente a nadie como lo demuestra la cantidad de premios y galardones de primer nivel recibidos tanto a nivel nacional como internacional.
La producción integra de este exquisito vino, es adquirida por la empresa, Rincón Ibero, S.A.C., a las Bodegas “Herederos de Torres Burgos, S.L.” y lo saca al mercado bajo la denominación de Íbero, Un vino de 1890, Amontillado Viejísimo.
Una presentación exquisita y exclusiva
Esta calidad no solo la da el propio vino ya en si un producto único en su clase, si no también el cuidado y mimo con el que se han realizado hasta los más mínimos detalles.
La botella es muy estilizada y fina. Fácil de tener en las manos, nada pesada. Su color es oscuro y confiere al producto una gran elegancia. Su cubicaje es de 750ml.
Se elige un tapón con corona negra y corcho natural. Con estampación en relieve y color del logo de empresa en su parte superior. La capsula elegida que abraza el tapón es negra mate para dar una sensación minimalista en su presentación, así como elegancia.
La etiqueta está en consonancia con el producto envasado, con una apariencia “antigua” sin perder de vista el hecho de estar en un tiempo actual. Tiene un aspecto envejecido, como si la etiqueta fuera de cuero manchado, con matices verdes, marrones y ocres muy saturados en su coloración. El logo de la empresa así como el nombre de Íbero, simulan como si estuvieran impresos al fuego. En la etiqueta trasera, un recuadro en blanco está destinado a la numeración de la serie limitada. El librillo que cuelga del cuello ofrece una introducción algo más detallada del producto.
Para los amantes de la excelencia
El botellero quizá este sea lo que más llame la atención del conjunto del producto. El botellero tiene la botella tumbada, inclinada para servir, y en su posición vertical tiene la misma apariencia que el propio logo de la empresa. Se compone de cuatro piezas de madera de Pino Real. Cada uno de los botelleros lleva una placa de latón grabada con laser con su numeración, la misma que la botella que porta y que la caja que lo contiene. La caja contenedora de cartón simula de alguna manera el ser de madera también envejecida y confiere una protección cuidada al producto.
Todos estos detalles conforman un producto exquisito y exclusivo para los amantes de la excelencia